Manuel Martín Alcón, IES El Pinar, Valladolid

Esta experiencia fue presentada en el Foro de Experiencias organizado por Concejo Educativo de CyL, el 5 de noviembre de 2016.

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Lo primero que se preguntaba Manuel es si la sostenibilidad da de sí a nivel educativo y en seguida contestaba diciendo que debería ser un núcleo central en la vida de todos los centros.

El proyecto comenzó en el IES El Pinar de Valladolid, decía, con un proyecto ambiental hace ya bastantes años (ligado a la Agenda 21). Se trataba de hacer un centro sostenible a nivel económico y ecológico (calefacción, papel, agua, recursos, y residuos que, a veces, en un centro educativo llegan a ser tóxicos) pero también social. El ruido, las relaciones interpersonales, lo acogedor y lo agradable que llegue a ser o no …, son factores que influyen en la sostenibilidad, entendida como la vida en equilibrio en un espacio determinado.

En estos momentos, decía Manuel, se han llegado a construir itinerarios desde 1º de la ESO al final de Bachillerato, haciendo responsable a cada nivel de un tema diferente y procurando que desde él se hagan propuestas:

1º ESO: residuos

2º ESO : ruidos

3º ESO: electricidad

4ºESO: papel

1º Bachillerato: gas

2º Bachillerato: agua

En todos los niveles se incluyen temáticas de forma transversal como participación o convivencia.
En cada tema se comienza haciendo estudios para conocer la realidad, aunque hacen falta llegar a propuestas, continuaba el ponente. Estas propuestas se estructuran en tres grupos:

Que dependen de las decisiones de la administración (y son muy difíciles de conseguir) por ejemplo que suponen inversión y obras de cierto calado en el Instituto.

Que dependen del centro y es posible conseguir dependiendo cómo se planteen: cambios de horas, de espacios, etc. Por ejemplo, evitar que existan espacios ruidosos y molestos que imponen una dinámica de relación mucho más negativa.

Que dependen “de ti” de la forma de comportarse por ejemplo no abrir las ventas para enfriar en invierno sino hacia el pasillo, ventilar abriendo ventas sólo cinco minutos, limpiarse los pies al entrar si llueve (es un suelo de pinar), no dejar encendida la luz. En este sentido se ha ido construyendo un listado de conductas sostenibles que se recogen al final de este artículo.

En la exposición que se escuchó había fuerza y ganas de seguir adelante con un proyecto en el que se creía. A pesar de eso o precisamente por eso, Manuel, marcó algunos peligros.
El proyecto, decía, está bien articulado, pero es un poco farragoso porque se ha ido basando en proyecto “teóricos” que se han tenido que ir presentando a las administraciones. Es importante llegar a que exista bastante claridad en lo que se pide y se propone.

Por otro lado un proyecto de este tipo es fácil que vaya envejeciendo. Para evitarlo el alumnado comienza cada curso, presentando lo hecho y los propósitos al alumnado nuevo. Hay que pensar cada curso en retomarlo y dotarlo de estabilidad en el tiempo, de perdurabilidad que pasa por organizar el entorno y las condiciones de ese curso para que se pueda seguir adelante con la misma fuerza.

Proyecto: “un Pinar de la Rubia sostenible en…convivencia y participación”

1. ¿Cuándo podemos decir que un Centro escolar sostenible? (extraído de nuestro Proyecto)

En una primera aproximación consideraremos sostenible un centro escolar cuando las personas que habitualmente se desenvuelven en él:

1º. Utilizan los recursos de forma adecuada y responsable:

Limitando los que se consumen a la cantidad necesaria en cada caso (electricidad, agua, calefacción, papel,…)

Alargando la vida de los que se utilizan en las actividades habituales (muebles, equipos, instalaciones,…)

2º. Reducen a la menor cantidad posible los residuos que generan, especialmente si éstos pertenecen a la categoría de los tóxicos o peligrosos (toner de fotocopiadoras, baterías, fluorescentes,…)

3º. Participan activamente en crear un ambiente agradable:

En el que todos se sienten cómodos y respetados.

Que haga posible la comunicación interpersonal.

Todos son tenidos en cuenta.

Facilite las relaciones.

Y sirva para conseguir una convivencia adecuada y unas buenas condiciones de trabajo y estudio.

2. ¿Qué conductas cotidianas podemos considerar sostenibles?

Son las que queremos conseguir: los objetivos que pretendemos.

Relacionamos a continuación un listado de ellas. Están indicadas en cada uno de los apartados de nuestro itinerario ambiental o reparto de aspectos ambientales por cursos:

En cuanto a los residuos sólidos urbanos (1º de ESO):

• colaborar activamente no ensuciando y conservando las dependencias y mobiliario -suelo, paredes, mesas, sillas,…-
• Dedicar unos minutos finales cada mañana a recoger los residuos voluminosos y llamativos (papel, tizas,…) del suelo.
• Prestar atención especial al patio: usar papeleras, colaborar en campañas de mantenimiento (la de este curso: “¡cómo está el patio!” en colaboración con el colegio Alonso Berruguete)

En cuanto al ruido (2º de ESO):

• Conocer el mapa sonoro del centro (cómo, dónde, cuándo,… somos especialmente ruidosos y actuar en consecuencia: no chillar ni gritar, no arrastrar mesas y sillas,…
• Prestar especial a los cambios de aula y de otros espacios en horas de clase.

En cuanto al gasto de electricidad (3º de ESO):

• Mantener en funcionamiento los aparatos eléctricos sólo cuando los necesitamos: ocuparse de apagar/encender lámparas, aparatos (no mantener indefinidamente en stand by), ordenadores si no se usan.
• Atención especial a espacios no ocupados: aulas, pasillos,…
• Usar preferentemente luz natural.

En cuanto al papel (4º de ESO) en los dos sentidos:

…es un recurso (elemento de consumo importante), no malgastar innecesariamente, reutilizar folios en blanco por una cara, no usar papel de alta calidad si no es imprescindible, hacer tareas on line, usar las TIC para sustituirlo cuando el trabajo lo permita, reducir número de fotocopias…

…y un residuo, echar el usado en papeleras específicas y asegurarse de que se vacían en su contenedor.

En cuanto al consumo de gas natural para calefacción ( 1º de Bachillerato):

• Responsabilizarse del cierre de ventanas que están abiertas sin necesidad.
• Ventilar las aulas hacia la calle durante periodos cortos.
• Refrigerar hacia los pasillos cuando haya exceso de calor.
• Vestirse de acuerdo a la época del año (abrigarse más en épocas frías).

En cuanto al gasto de agua (2º de Bachillerato):

• Utilización adecuada de los servicios, no son lugares de juego.
• Prestar atención a grifos abiertos.
• Avisar de averías con rapidez.

Es deseable que todas estas conductas que parten como propuestas desde cada uno de los grupos sean conocidas por todos los demás y puestas en práctica además fuera del del centro escolar, especialmente en el ámbito doméstico.

Se plantea además como objetivo transversal, participar activamente en maneras más adecuadas de acceso al centro escolar, para conseguir una movilidad sostenible: llegar caminando, en bici, en bus, y sólo cuando sea inevitable, en coche.