Índice del documento Convivencia y conflicto en un centro educativo |
|
Conflicto
y convivencia en un centro educativo Apartado
VI (y último)
1.-
Justificación de una necesidad Los
sentimientos son una parte de la personalidad que afecta tanto a alumnado
como a profesorado en todo su quehacer.
Resulta evidente que en la relación y la convivencia en los centros
educativos, va a ser un factor decisivo el grado de madurez y las
diferentes formas de enfocar y controlar nuestras emociones y
sentimientos. No se van a resolver igual los conflictos personales
funcionando por impulsos o tratando de buscar causas a las emociones,
sintiéndose por encima la otra persona o sintiendo con ella, enfrentando
el problema o “huyendo” del mismo para salir de la situación a costa
de lo que sea. Surgen
así una serie de cuestiones a responder: saber qué grado de madurez
emocional tiene nuestro alumnado y el mismo profesorado, plantearse si el
control de los sentimientos y las emociones son un ámbito a desarrollar o
no y si la educación sentimental es para todo el alumnado o se debe
utilizar como “terapia”para quien dé problemas (o en el mejor de los
casos en quien los sufra). Si
es verdad, como se admite, que un buen grado de madurez emocional y
sentimental favorece el éxito escolar (y posteriormente laboral y
“vital”) deberemos admitir que debe ser un ámbito a educar en las
etapas básicas dedicadas a formar a todo la ciudadanía. Es decir, si
como se ha dicho, los sentimientos son una parte de la personalidad del
alumnado y el profesorado en todo su quehacer, también habrá que
tenerlos en cuenta cuando hablemos de enseñar o aprender. En
resumen, el desarrollo y la madurez emocional es, por una parte, una
condición para la buena relación y convivencia así como para
afrontar en buenas condiciones el aprendizaje y, por otra, un objetivo
educativo para la futura ciudadanía. El
trabajo a hacer, dada su dificultad, debe tener un doble vertiente. Es
verdad que, por un lado, debe existir una “voluntad institucional” de
potenciar este ámbito educativo, pero, por otro, debe existir una labor
de cada uno y cada una que facilite su trabajo y la
introducción en el futuro del tema (sin esto segundo lo primero
sería inútil) 2.-
Dificultades para llevarla a
cabo La
educación sentimental y emocional tiene una serie de dificultades
importantes para que llegue a ser un ámbito a incluir dentro, al menos,
de las etapas básicas. Algunas podrían ser: 2.a.-
Desde la política educativa
que actualmente tenemos se intenta transmitir que se pierden contenidos.
Para ello, incluso se malinterpretan resultados de estudios llevados a
cabo por INCIE, sacando conclusiones falsas que favorecen su postura,
creando ideas erróneas sobre el actual sistema y potenciando objetivos
que van a favorecer propuestas conservadoras y, de paso, a la empresa
educativa privada con la que concuerdan plenamente. Queramos
o no este “ambiente” creado acaba transmitiendo al profesorado un
sentimiento de culpa. La consecuencia es que se desprecian otros
contenidos que no sean conceptuales. Es decir, con este tipo de política
se logra, entre otras cosas, que el planteamiento de educación
sentimental y de las emociones, por ejemplo, quede fuera de lugar. Aunque
se admite, según se ha dicho, y de una forma muy generalizada que la
respuesta educativa del alumnado depende de la madurez emocional, no se
educan los aspectos sentimental y emocionales de la persona. Por el
contrario, ahora más que antes, se relegan. Parece como si la “madurez
emocional” de cada alumno o alumna tuviera que darse de forma natural
y espontánea como requisito previo para tener éxito escolar. Es fácilmente
asumible que el desarrollo emocional de la familia implica el desarrollo
emocional del alumnado. Por tanto el alumno o alumna procedente de
familias más desestructuradas, con una relación emocional más impulsiva
y descontrolada, tiene muchas más posibilidades de acabar sufriendo
fracaso escolar si es que la escuela no asume su papel de coeducadora
también en este terreno. Aunque este tipo de familia y ambiente puede
darse en cualquier capa social, las posibilidades no están repartidas por
igual. Como es fácil suponer, en las capas sociales de menor nivel
socioeconómico y cultural habrá
más posibilidades de encontrar. Así la exclusión de éste ámbito en la
escuela supone un nuevo camino de creación de desigualdad. 2.b.-La
educación de sentimientos y emociones es un ámbito educativo a
desarrollar en todo el alumnado y no debe ser utilizado como “terapia”
para quien dé problemas, como se hace en ocasiones. Usándolo de esta
forma, por una parte, se haría hincapié en el sentimiento como algo
negativo en las personas. Por otra, además, se referiría sólo o algunas
personas que fracasan escolarmente, pero no a quien tiene éxito escolar,
aunque se acerque al “analfabetismo emocional” : persona competitiva,
poco solidaria, que no sepa reconocer sus propias emociones, etc. 2.c.-
En las universidades no se está dando una formación en este ámbito
lo que hace que quienes entren de nuevo en las aulas no lo consideren
importante o, en todo caso, se encuentren en una situación de inseguridad
para llevarlo a cabo. 2.d.-
Existe un factor de “perfil generacional” relacionado con las
variables sociales existentes en cada época. Desde ese punto de vista, y
teniendo en cuenta los valores sociales que imperan, resulta más difícil
hoy que antes introducir una formación de las emociones, la cooperación
etc, incluso desde la misma predisposición de gran parte del profesorado
que debiera impartirla. 3.-
Sentimientos- desarrollo emocional y trabajo en el aula Puesto
que los sentimientos y las emociones son aspectos que afectan tanto a
alumnado como a profesorado, habrá que explicitarlas, es decir, enumerar
y describir aquellos y aquellas que más nos afecten, saber la forma en
que lo hacen y hacia donde queremos caminar en este ámbito 3.
3.a.-
La educación y los sentimientos
En
el aula podríamos partir de la aceptación de la situación personal,
pero no quedarnos ahí y reconocer que los sentimientos y las emociones
deben educarse. Hacerlo, requiere tener como objetivo el estar a gusto,
procurando los cambios que lo favorezcan, pero de forma “profunda”.
Una forma de estar a gusto, “profunda”y personal, implica, a veces no
estarlo de forma inmediata y procurar cambios en el alumno o alumna a
largo plazo en la forma de afrontar las emociones. En
dicho proceso de educación de sentimientos y emociones se tendría en
cuenta: -
La educación del sentimiento es, por una parte, un ámbito singular a
educar unido a aspectos concretos del desarrollo de la persona, como por
ejemplo a las relaciones sexuales. Pero, además, podría integrarse
dentro del contenido, de la actividad desarrollada en el aula, y, también,
en la relación con los demás. -
Habría que estudiar qué relación existe entre la educación sentimental
y la futura implicación ciudadana. -
Es imprescindible favorecer la educación sentimental y el desarrollo
emocional en toda la población teniendo en cuenta las diferencias que
existen Un ejemplo sería la que se da a la hora de abordar conflictos y
problemáticas entre chicos-chicas. -
El desarrollo emocional del alumnado no podremos desligarlo de los ámbitos
que rodean a éste, como la familia (que deberemos incluir en la
perspectiva de trabajo a llevar a cabo) -
Diferenciar sentimiento positivo y “moralina”. Para ello habrá que
objetivar y analizar también los sentimientos y el papel que juegan. -
Los sentimientos son algo manipulable en muchas ocasiones. Cómo se hace,
incluso a partir de una información aparentemente aséptica, será un
aspecto a enseñar al alumnado 3.b.-
Para actuar Tal
y cómo se dice al comienzo de este apartado resulta importante saber qué
sentimientos nos están afectando más para reconocer las dinámicas que
se crean en el aula , actuando a partir de ellos. Algunos de los que, con
carácter negativo, pueden ser más frecuentes tanto en alumnado como en
profesorado hoy en día (aunque quizá con origen y consecuencias
diferentes ) son los sentimientos de: -
Derrota. -
Desinterés (“no me motiva”) -
Supuesta superioridad de la postura personal ( “los demás tiene la
culpa”) -
Miedo a enfrentar el conflicto en el momento que se produce( o se
demuestra) más bien tenencia a “salvar la situación” -
Miedo a lo nuevo por la inestabilidad que nos puede producir 4.-
Aspectos relacionados con el desarrollo emocional Al
abordar una educación sentimental y desarrollo emocional en el aula y el
centro no debemos olvidar dos factores que son importantes y van a ser
determinantes en el grado de consecución que logremos: -
la propia idea de las personas que entran en relación y van a marcar un
estilo o clima de convivencia (autoestima), y -
la forma de establecer las relaciones entre ellas. Se
incluye en el documento una pequeña referencia de cómo encuadrar la
primera y de la importancia de las relaciones entre iguales. 4.a.-
Autoestima Resulta
evidente que la autoestima con que cada persona enfrente las situaciones,
la visión que la misma persona tenga de sí misma será un elemento
esencial para saber qué va a sentir, en principio, y, como consecuencia,
qué tipo de relaciones va establecer y cómo contribuirá a la creación
de un determinado clima de convivencia. Para
trabajarla es necesario tener en cuenta una serie de aspectos: 1º.-
Aclarar qué se entiende por autoestima. Muchas veces se liga a una forma
de comportamiento (persona apocada, incapaz de establecer ninguna relación...)
y no siempre es así. En ocasiones es lo contrario: tapa su carencia
mediante una forma “agresiva” de comportamiento. Podríamos decir que
una persona con una buena autoestima es aquella que sabe valorar sus méritos
y potencialidades dentro de la realidad asumiendo sus deficiencias como
algo a mejorar y considerándose al mismo nivel que el resto de las
personas en la relación.. 2º.-
A veces se la confunde con un valor socialmente imperante y se liga una
alta autoestima a alto nivel de “competitividad” 3º.-
Para desarrollarla en el alumnado, por tanto, -
Tiene que estar encajada con otros valores, en concreto con el de
colaboración y tolerancia. -
No puede potenciarse basada en la búsqueda exclusiva del éxito personal. -
Habrá que tener en cuenta los aspectos en los que a la persona necesita
todavía “avanzar” junto con aquellos otros a valorar positivamente. 4º.-
En algunas ocasiones no se la considera una cuestión importante para
trabajar en el aula y se actúa sobre las consecuencias que generan
determinadas problemas de relación, imposición…, que puedan surgir en
vez de hacerlo con las causas. Así es frecuente acudir a medidas
disciplina, por ejemplo, y de forma exclusiva en vez de a la atención
paralela a la situación de cada persona que pueda haber intervenido. Para
no hacerlo de ese modo se analizarán las causas que pueden originar la no
existencia de un buen nivel de autoestima en el alumnado para así poder
intervenir. Dichas causas están vinculadas a diversos aspectos:: ambiente
familiar, baja expectativa de éxito en la escuela (de pensar de partida
“no valgo para...”) o de
la escuela en el alumno o alumna, etc. Una
vez que sabemos las causas que puedan haber originado un problema, no nos
podremos quedar ahí sino que deberemos buscar o diseñar herramientas para
trabajar sobre ella. En caso contrario la primera parte sería, lógicamente,
inútil o casi inútil. 4.b.-
Relación entre iguales Otro
elemento fundamental a tener en cuenta en el aula, para lograr un buen
desarrollo emocional en el alumnado y, como consecuencia, cubrir una de
sus facetas educativas y mejorar su aprendizaje, es cuidar el tipo de relaciones
entre iguales que establecemos en el aula y el Centro. Hoy
en día no se potencia una relación entre iguales de signo positivo. Lo
anterior no quiere decir que no existan, pues eso sería inevitable,
siempre van a existir relaciones entre personas que están juntas. No sólo
eso, sino que el estilo de relación (o falta de la misma) estará enseñando
al mismo alumnado cómo nos parece que “deben ser las
cosas”. Esto será cierto incluso cuando tengamos al alumnado
sentado “en fila de a uno”, mirando sólo al profesor o profesora.
Estaremos, en ese caso, enseñando cuál es la relación importante y cuál
debe “despreciar” dentro de un aula. Estaremos diciendo que de las demás
personas no vale la pena aprender, que sólo interesa prestar atención a
quien le va a compensar con un aprobado Teniendo
en cuenta que aula y Centro son ámbitos de relaciones, habrá que
analizar de entre ellas, cuáles son injustas: desigualdad de género,
rechazo (por recursos económicos o tantas otras causas absurdas), etc. No
podemos adoptar la postura de creer y hacer creer (y por tanto mantener)
que son “naturales”. Ante ellas deberemos actuar (y de hecho
siempre lo hacemos). Habrá muchas formas de intervenir, que además
dependerán de las circunstancias concretas, pero, en cualquier caso, el
principio a seguir será el de la cooperación en todo lo que se
haga y no el de competitividad. La influencia en el clima de convivencia y
la existencia o no de un grado mayor o menor de violencia, según se siga
o no este principio, resulta evidente. A
través del fomento y planificación de una relación entre iguales
intensa que favorezca la participación y cooperación en el colectivo y
con el colectivo: -
Se podrá desarrollar un adecuado nivel de autoestima en una situación
mucho más real pues requiere mayor autonomía. A su vez mostrará el
grado alcanzado en el alumnado. -
Contribuirá (y a la vez será reflejo) a un desarrollo emocional
suficiente en una situación de relación interpersonal más abierta que
el modelo de relación alumno/a-profesor/a de modo casi exclusivo. -
Se estará construyendo una herramienta básica para la consecución de un
buen clima de convivencia. Todos
los espacios, momentos y actividades son adecuadas para actuar en el
sentido anterior, desde la clase a la tutoría. Dentro de ellos merece
especial mención la tutoría siempre que sea
programada en este sentido y de forma coordinada con el equipo de
docente que interviene con ese alumnado. 5.-
Temas a desarrollar Son
muchos los aspectos pendientes de desarrollo y puesta en práctica dentro
de la educación de los sentimientos y el desarrollo emocional, pero para
lograr efectividad tal vez sea conveniente establecer prioridades dentro
de todos ellos. En
lo que hace referencia directa al tema directamente quizá se podría
elegir uno muy poco tratado hasta este momento: ¿cómo introducir los
sentimientos en el trabajo habitual del aula y no como algo extraordinario
y en qué contenidos es más fácil? Y hacerlo no sólo en contenido de
procedimientos sino también en conceptuales. Entre los temas que apoyan de alguna forma el desarrollo emocional, como es, según hemos visto la autoestima y la relación entre iguales podríamos señalar: ¿cómo intentar la educación de la autoestima en un proceso normalizado y no como algo aparte, desgajado de él, ligada a las relaciones entre iguales e incluida en una educación sentimental. Fin del documento |
|
Índice del documento Convivencia y conflicto en un centro educativo |
|
Página alojada en la sede virtual de Concejo Educativo www.concejoeducativo.org - Castilla y León |