Por Hortensia Blanco, animadora comunitaria
Texto de la intervención de Hortensia Blanco en la Mesa de debate: “Lo público y la educación: deseos y posibilidades” (3 julio, dentro del Foro de educación crítica de Castilla y León 2007).
Sistema de Acción Social
Los Servicios Sociales son servicios de carácter público dirigidos a dar respuesta a las necesidades sociales de todos los ciudadanos y colectivos sin distinción. Se prestan a través de los Centros de Acción Social (CEAS) que dependen de los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes o de las diputaciones provinciales. Todos los ciudadanos y ciudadanas disponemos, según nuestro lugar de residencia, de un CEAS próximo que atiende las demandas y problemáticas presentadas por personas, familias, grupos u organizaciones sociales.
El Servicio de Animación Comunitaria es uno de los servicios que se prestan desde los CEAS, promueve la participación ciudadana de cara a la implicación de toda la sociedad en la mejora de las condiciones de vida. Incluye el desarrollo de proyectos de prevención, promoción e inserción con distintos colectivos:
- Mujer
- Infancia
- Personas Mayores
- Personas en riesgo de exclusión
- Apoyo al asociacionismo en general y coordinación con entidades
Sin embargo, no en todos los CEAS se desarrollan estos proyectos ni existe un profesional que desarrolle este servicio, existe en nuestra Comunidad una tendencia al asistencialismo en detrimento del desarrollo educativo y la prevención.
Programa de Infancia
La intervención se realiza principalmente mediante la organización de grupos de 10 ó 12 miembros, en los que se desarrollan diversas actividades de carácter lúdico-educativo (juegos, dinámicas de grupo, técnicas creativas y de expresión, actividades en la calle, piscina, excursiones,…. A través de estas actividades se trabajan contenidos como: autoestima, habilidades de comunicación e interacción social, resolución de problemas y conflictos, desarrollo de intereses, hábitos de salud e higiene, consenso y respeto de normas grupales,… y valores: aceptación de los demás, respeto, solidaridad, participación. La participación de los niños y jóvenes en el ámbito comunitario es uno de los objetivos fundamentales que se pretenden.
Se interviene también con las familias orientándolas respecto a modelos educativos adecuados y, en muchos casos, sobre necesidades y cuidados básicos de los niños y niñas. Es bastante difícil realizar esta intervención con las familias, en la mayoría de los casos sólo logramos un contacto esporádico con las madres.
La captación de los menores y de sus familias se realiza a través de diversos medios: familias usuarias del Servicio de Información del CEAS, derivación por parte de centros educativos, a través de amigos que ya participan en el programa, etc.
Se mantienen reuniones periódicas de coordinación con los centros educativos a los que asisten los niños y niñas, en las que definimos pautas comunes de intervención. He de decir que esta colaboración es bastante difícil cuando se trata de centros concertados.
Las características de la mayoría de los niños y niñas son:
- baja autoestima y fuerte sentimiento de inferioridad
- comportamientos agresivos, verbales y/o físicos
- hábitos y actitudes negativos de cuidado y aseo
- habilidades sociales deficitarias
- falta de interés y de expectativas académicas
- ausencia de hábitos de estudio
Respecto a las características de las familias observamos:
- reducción del tamaño medio de los hogares, aumento del número de familias compuestas sólo de madre e hijos sin varón mayor de edad
- debilitamiento de los lazos de parentesco extenso, como consecuencia de la mayor movilidad geográfica y de su propia fragilidad afectiva.
Estos cambios en la familia suponen, entre otros problemas:
- debilitamiento de la función de cuidado
- falta de directrices en el cuidado de los hijos
- problemática socioeconómica y laboral de las familias monoparentales (una enfermedad o simplemente la incapacidad para obtener ingresos suficientes puede implicar, sin remisión, traspasar la línea de la pobreza, la marginación y la exclusión)
- desorientación respecto a los adolescentes
- agotamiento de los abuelos cuidadores
- ausencia de los padres y madres en el proceso educativo de sus hijos
Son cambios que no afectan sólo a colectivos marginales, sino que tienen un carácter universal.
Proyecto de la Plataforma PIBEL (Barios Pilarica-Belén)
Este proyecto impulsa un proceso y una estructura de coordinación de las Asociaciones, Entidades y Servicios que trabajan en los barrios de Pilarica y Belén (en la ciudad de Valladolid). Pretende potenciar la coordinación y colaboración entre entidades y asociaciones de la zona y posibilitar espacios de análisis y reflexión sobre las necesidades, de modo que mejore la respuesta de la comunidad ante los problemas que vive.
La Plataforma se estructura en comisiones y grupos de trabajo que abordan problemáticas concretas. Una de estas comisiones es la Comisión de Educación en la que han participado diversas asociaciones de la zona: Asociaciones de Vecinos, Asociaciones Juveniles, Colectivos de Educación de Personas Adultas, AMPAS y los Centros Públicos de Educación Primaria y Secundaria que acogen a gran parte de la población de estos barrios, aunque geográficamente se encuentren en barrios vecinos.
En esta comisión se ha puesto en común el análisis de la situación social y educativa de la zona, se han impulsado pequeñas colaboraciones entre los centros educativos y las asociaciones (por ejemplo la utilización de instalaciones y recursos de los centros educativos por parte de las asociaciones y la participación y colaboración de éstas en actividades educativas de los centros) y se realizó una campaña de promoción de los centros públicos de la zona, a través de folletos y carteles.
Algunas lagunas o puntos débiles del Sistema Educativo
Creo que es necesario mayor esfuerzo en el desarrollo en el alumnado de:
- Habilidades sociales
- Técnicas de resolución de problemas y de toma de decisiones
- Ubicación en su entorno, en su barrio, contacto del alumnado con el movimiento asociativo y los servicios del barrio, participación en actividades comunitarias (muchas se producen en días y horas no lectivos)
Hay un gran número de jóvenes, de los últimos años de la ESO, que agotan el periodo de escolarización obligatoria con elevado absentismo, expulsiones frecuentes e incluso con expedientes que culminan con cambio de centro si el centro al que asisten es concertado. Cuando cumplen los 16 años se incorporan al mercado laboral sin ningún tipo de cualificación y en condiciones muy precarias. Debido a la mala experiencia escolar, la falta de interés familiar por la formación y su deficitaria situación económica, no se plantean la formación profesional sino la incorporación al trabajo. Para estos jóvenes los programas de Garantía Social no sirven ya en este momento y sí hubieran sido útiles en el momento de la escolarización obligatoria.
Es necesario que el profesorado se sitúe como referencia cercana y accesible a los niños, niñas y jóvenes, de modo que estos puedan confiarle alguno de sus problemas. Es especialmente necesario con menores que carecen de este tipo de figuras de apego por sus circunstancias personales o familiares.
Podemos considerar a los centros educativos como las únicas instituciones que mantienen un sistema de alerta ante situaciones de desestructuración familiar grave, constituyen en sí mismos un importante sistema de prevención por la intervención educativa que realizan con los menores y de alerta sobre la existencia de grupos en proceso o en riesgo de marginación.
Por los centros escolares pasa la totalidad de la población, la información que proporcionan constituye un mapa muy fiel de la distribución y peso futuro de las diferentes poblaciones en riesgo.
En este sentido, es importante el conocimiento por parte del profesorado de los diversos recursos sociales y un contacto más directo con estos, para poder orientar a los chavales y a sus familias.
Así mismo es necesario facilitar y motivar la participación de las familias en los centros, que difícilmente se logrará sin accesibilidad por parte de los profesionales y de los espacios.
Es precisa la cooperación de las instituciones escolares con los Servicios Sociales municipales en la tarea de fortalecer, reconstruir y construir el tejido relacional y asociativo de un territorio dado, reforzar el capital social de la comunidad y crear redes de apoyo a los grupos en situación de exclusión o de riesgo de exclusión.
Como se señala en un estudio realizado por la Universidad de Salamanca sobre riesgos y recursos sociales en Valladolid: “ Se trata, por un lado, de contribuir a generar redes de relaciones alternativas a las tradicionales, de reemplazar las redes comunitarias, heredadas, que han entrado en crisis con la modernización, por nuevas redes asociativas, creadas de propósito, que permitan a los individuos acumular de otra manera un capital social que multiplique sus oportunidades y les proporcione una mayor protección frente a los azares de una sociedad sumida en un proceso de cambio tan acelerado como imprevisible; y se trata, por otro, de sustituir las rígidas jerarquías verticales, que todavía condenan a cada servicio público a cierta incomunicación, descoordinación y redundancia innecesaria de esfuerzos por relaciones horizontales que les permitan cooperar adoptando configuraciones ágiles y de geometría variable”.
Intervinieron en la Mesa de debate: Luis Pérez (miembro de un AMPA y de CREA – ver texto-), Hortensia Blanco (Animadora comunitaria –ver texto-) y José Emiliano Ibáñez (miembro de Concejo Educativo de CyL).