Una experiencia práctica en el IES Canal de Castilla de Villamuriel (Palencia) . Ejemplificación de una sesión de la escuela de familias. Intervino: Ramiro Curieses
El eje transversal de los
Proyectos de Intervención de Concejo Educativo de Cyl en 2010 2011, es la participación. Sobre ese tema versó la experiencia que fue presentada en el I Encuentro de este curso, el 16/10/2010, que se refería a ella desde las familias y el centro, especialmente. Recogemos una referencia de lo que allí se dijo.
Contenido
Sobre la participación de las familias
Si hacemos un poco de historia nos daremos cuenta de que en nuestro país hasta el año 1970, no existió la posibilidad de que los padres de alumnos creasen asociaciones que tuvieran como finalidad complementar y apoyar las tareas escolares. Al principio esta participación tenía unos límites claros, en ningún caso se reconocía el derecho a intervenir en la gestión y control de la escuela.
Es en nuestra Constitución en el año 1978 donde se reconoce por primera vez, el derecho de los padres, profesores y alumnos a participar en la gestión y el control de los centros sostenidos con fondos públicos. En el año 1980 se dice que en cada centro escolar existirá una Asociación de Padres de Alumnos a través de la cual podrán ejercer su cooperación en los órganos de gobierno.
Se ha dicho muchas veces que las AMPAS son entidades caducas, que están como mucho, reducidas a la organización de actividades extraescolares. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con ello. El papel que estas asociaciones juegan ha de ser decisivo para que la colaboración de los padres sea efectiva y real, pero para ello deberán replantearse sus objetivos y fines.
Que los padres participan en la educación de sus hijos es evidente, de una u otra forma transmiten normas, valores, hábitos y actitudes. De otra parte, los centros buscan el desarrollo íntegro de la personalidad de los alumnos, y esto no puede conseguirse al margen de lo que ocurre en la familia; de ahí que escuela y familia deban entenderse y relacionarse.
Las investigaciones que se han hecho hasta la fecha, sobre participación de los padres en los centros escolares, coinciden en un aspecto fundamental para los hijos, y ponen de manifiesto el impacto positivo que tiene en los resultados académicos de los alumnos; de ahí que al tema le concedamos una importancia máxima.
Los padres nos preguntamos: ¿participar por qué?, ¿participar cómo?, ¿participar en qué?, ¿participar para qué? Muchas veces no encontramos respuestas adecuadas a estos interrogantes y la consecuencia más frecuente es la de renunciar a la participación.
Desde mi punto de vista la implicación de los padres en la vida de los centros no solamente es necesaria sino que resulta imprescindible. Para ello es aconsejable buscar puntos de encuentro entre los profesores y los padres, entre los centros como institución y las familias. Debiera existir en los centros un documento en el que se recogiesen las relaciones entre familias y centros educativos, documento que anualmente fuera revisado y evaluado como un aspecto más de la vida de los colegios.
Entendemos por participar en la vida de los centros a todo lo relacionado con las tareas de aprendizaje de nuestros hijos, como pueden ser las entrevistas con el profesor tutor o profesores que imparten clase a nuestros hijos, con la recogida de notas, con la información dada y recibida, también entendemos la participación desde la organización y planificación de los centros escolares bien a través de las Asociaciones de Madres y Padres, o de los Consejos Escolares, Juntas Directivas, Comisiones de Trabajo, etc., o bien entendida desde el desarrollo y puesta en marcha de actividades extraescolares y deportivas.
No es menos cierto que desde los centros, y según sea su cultura y su filosofía, se puede ayudar a potenciar esta participación o al contrario a reducirla a su mínima expresión, que sería a lo que reglamentariamente nos exige la ley. Pero la participación de los padres en la vida de los centros es algo vivo, que debe notarse desde que aparecemos por primera vez para matricular al hijo hasta el día de la despedida si es que la hubiese.
Me gustaría hacer una reflexión sobre los aspectos que marcan la relación entre los padres y los centros escolares, entre la familia y la escuela y la obligatoriedad de esa relación en pro de la educación de los hijos.
Hasta hace muy pocos años la relación era prácticamente inexistente, casi reducida a depositar a nuestros hijos y como mucho a hablar con temor con los profesores. Los tiempos fueron cambiando y los padres descubrimos que somos una parte fundamental en la planificación y gestión de la tarea educativa, pero además de una relación obligada, necesitamos una relación basada en la confianza. Somos los padres quienes tenemos más posibilidades de decidir sobre cuestiones fundamentales de su educación, pública o privada, jornada partida o continua, escuela de barrio o alejada, etc. Además al optar por uno u otro tipo de centro, optamos también por un contexto socio-cultural determinado que tendrá repercusiones en las amistades de nuestros hijos, ya que son en estos contextos donde se producen las relaciones de amistad.
Los padres cuando elegimos el centro, elegimos también deseos, ideas, valores, sueños, aunque ni siquiera hablemos de ello conscientemente. Establecemos de esa forma unas relaciones con las escuelas basadas en la confianza, ya que en muchos casos delegamos con toda seguridad en esa institución la educación de nuestros hijos, esta es una relación de confianza muy peligrosa. Soy de las personas a las que le gustaría situar a la escuela como una prolongación de la familia, y no al contrario, creo que así conseguiría un pleno sentido en la vida de los alumnos. Esta relación así entendida debiera estar marcada por una responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos, pero para ello sería necesaria una auténtica comunicación donde padres y profesores abramos vías de participación, de información, de orientación sobre la educación de los hijos y donde la desconfianza y la tensión no tuvieran cabida.
Por ello, reclamo que la familia tenga una actitud activa y participativa, más allá de lo que marcan las reglamentaciones oficiales y que no quede en puntuales informaciones sobre los hijos. Los padres aportamos a los hijos, pagamos los impuestos para crear escuelas, concedemos el terreno municipal en el que se construyen, ponemos casi todo, ¿cómo no vamos a participar luego en el proceso? Por eso tenemos que trabajar conjuntamente para elaborar proyectos comunes que hagan de nuestros hijos personas más competentes en todo.
Si no se produce ese acuerdo sobre cómo y para qué queremos educar, si no lo explicitamos en documentos reales, la disfuncionalidad que se produce en las relaciones y en el proceso educativo está garantizada. La relación de confianza es una de las características singulares que hacen a los centros educativos ser mejores o peores.
Sesión asamblearia con los padres y madres….
La participación está en crisis-comentan los padres en las asambleas
Siempre somos los mismos para todo, la mayoría de los padres pasan de participar, a las reuniones cada vez venimos menos, la implicación es escasa, además, te recriminan que no haces nada.
Estas valoraciones son bastante frecuentes entre los padres que participan.
Hemera consciente de la importancia del tema, había asistido aquella asamblea a petición de la Junta Directiva del AMPA.
Enseguida surgieron las preguntas:
¿Participar por qué?
Porque los padres tenemos obligación de hacerlo y es nuestra responsabilidad. ¿Acaso no tenéis interés por saber como es el centro en el que dejáis a vuestros hijos todos los días durante cinco horas, durante diez meses, al año? ¿No es suficiente con esto? Yo os voy a dar alguna razón más por la que interesa participar: primero porque se sabe que los hijos de los padres que acuden con frecuencia a los colegios, obtienen mejores resultados escolares. Segundo porque los hijos piensan que estáis dando importancia a lo que ellos hacen en el centro y tercero y más importante, porque estáis aprendiendo a vivir en comunidad y hacer ciudadanía que es uno de los aprendizajes más importantes de nuestra vida. Contestó Hemera con sencillez, pero con firmeza.
En eso estamos de acuerdo.– Replicó un padre que ya llevaba varios años ejerciendo de Presidente, pero –¿en qué podemos participar?
Podemos no es la palabra,– contestó Hemera- debemos participar, ¿en qué?, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en las actividades culturales y en las actividades extraescolares, en la planificación y organización del centro y en su gestión y control.
El tono de voz había sido mucho más contundente esta vez – Pero además los centros también necesitan saber y conocer nuestro contexto familiar, el desarrollo de los hijos, las circunstancias personales, los momentos delicados si los hubiera, etc. Estamos obligados a participar, no solamente pagando la cuota del AMPA, o viniendo a las reuniones generales de padres, o recogiendo las notas tres veces al año, o viniendo a hablar con los tutores y profesores de nuestros hijos. Nuestra participación también consiste en proponer temas de interés para ser tratados en Escuela de Familias para recibir una formación y no información, de aquellas cuestiones que nos hagan mejorar en las relaciones con nuestros hijos, para colaborar activamente y asumir responsabilidades y tomar decisiones sobre los fines de la educación.
Hemera, preguntó una madre -¿sabes si hay estudios sobre participación en los centros, características de las familias y consecuencias de ello?
Hay un estudio muy interesante que me gustaría comentaros. El estudio analiza la participación de los padres y su influencia en el rendimiento académico de sus hijos. En esta investigación se pone de manifiesto que el nivel de estudios de los padres tiene más incidencia en el aprovechamiento académico de los hijos, a mayor nivel cultural de las familias mejores resultados de los hijos. Otro dato interesante que se desprende del estudio es que cuánto más jóvenes son los padres menores son los beneficios académicos de los hijos. La situación laboral de las familias también tiene repercusiones ya que los hijos cuyas madres trabajan fuera de casa obtienen mejores resultados que los que consiguen aquellos cuyas madres están en cualquier otra situación laboral. También obtienen mejores efectos los escolares cuyos padres trabajan frente a los que están parados o realizan tareas de casa.
Hay un porcentaje muy alto de padres que aspiran a que sus hijos tengan estudios universitarios, frente a un porcentaje muy pequeñito que se conforman con que los hijos terminen la ESO. Precisamente, los escolares con mejor rendimiento son aquellos cuyos padres quieren que estudien una carrera universitaria, y los que peores resultados obtienen, coinciden con el deseo de que los hijos dejen los estudios al terminar la ESO.
La investigación pone de manifiesto que en torno al 60% de los padres pertenecen a las AMPAS, pero solamente un 20% se consideran padres participativos y activos, siendo la cooperación activa mayor en primaria que en secundaria.
Por último, y lo que nos resulta más interesante como padres, es saber que cuando participamos activamente en los centros, nuestros hijos obtienen mejores resultados globales.
La reunión se estaba alargando en exceso, y aunque aún quedaban algunos aspectos por tratar, el Presidente la dio por concluida con la idea de que Hemera volviera otra tarde para hablarles de algunos de los temas que más les preocupaban en la educación de los hijos y en las dificultades que tenían para educarlos.
A la salida de la reunión los padres se encontraban satisfechos ya que una cosa sí había quedado clara: había que buscar espacios y tiempos para mejorar las relaciones escuela y familia.
Hemera, sin que nadie se hubiera dado cuenta, había contado a los asistentes, fueron cinco más que en la reunión anterior, y eso le llenaba de satisfacción…
Oros documentos y materiales de referencia
Escuelas de familias o educación compartida(documento de la Liga Española de Educación y Cultura y C Popular)
Funcionamiento adolescente: ejemplificación de documentos aportados en sesiones con familias.
Ejemplificación de materiales utilizados en el trabajo con el alumando
Un ejemplo de participación del alumnado: EL CLUB VERDE.
La disciplina a través de un sistema de puntos: parte de disciplina