Los Presupuestos Generales del Estado para 2013 recortan todavía más el presupuesto destinado a educación que los brutales recortes de los presupuestos del 2012 y tras haber aplicado sucesivos recortes en los tres últimos años. Lo que ya había situado a nuestro país por debajo de la media de la OCDE en inversión educativa.
Desde la llegada del Gobierno del PP, se han recortado 5.212 millones de euros en Educación: 487 millones en diciembre por el acuerdo de no disponibilidad, 663 millones menos en los presupuestos de 2012, 3.736 millones por el Real Decreto Ley 14/2012 de medidas de racionalización del gasto público en el ámbito educativo y 326 millones de menos en los presupuestos 2013. Lo cual ha ahondado en la política de deterioro de la educación pública, tanto en el desarrollo de las enseñanzas como en las políticas de personal (merma retributiva, precarización de condiciones laborales del profesorado y brutal reducción de plantillas, mientras que estos presupuestos del 2013 mantienen intacto el número de altos cargos en la Administración).
El presupuesto de Educación cae en 236 millones €. Las partidas destinadas a Educación en los PGE para el ejercicio 2013, ascienden a 1.944,73 millones de euros, un 14,4% menos que en el ejercicio anterior, que se destinaron 2.270,90 millones de euros. Esta reducción está muy por encima de la que sufrirán los otros Ministerios: un 64% superior respecto del 8,9% de recorte medio.
Se recortan 50 millones menos para Becas y ayudas al estudio. Lo sorprendente han sido las declaraciones del gobierno, afirmando que ha aumentado la ayuda a los estudiantes en los presupuestos generales del 2013. Los datos demuestran que se ha reducido un 3.8% (sólo sube un tipo de ellas y en una cantidad ridícula: 23 millones € que corresponden a la compensación a las universidades por las matrículas gratuitas).
Se aplica un recorte brutal en Educación Especial y Compensatoria. Los programas de atención al alumnado con necesidades especiales (13,5 millones de euros) han desaparecido y Educación Compensatoria pasa de 169,8 a 53,3 millones €, recortándose un 68.5%.
Han recortado también en programas fundamentales: el programa de deporte en edad escolar y en la universidad, que disminuye un 86,1%; el de enseñanzas artísticas, con una reducción del 27,2%; el de cooperación, promoción y difusión cultural, con un descenso del 24,3%; y el de formación permanente del profesorado, con un 18,2%. Los programas de educación en el exterior, con un recorte del 7,8%; las transferencias internas, que se recortan el 5,5%, y el programa de Educación Infantil y Primaria que, tras el recorte del 36,5% de este año, se recorta aún más con otro -4,4%.
Más recortes aún en los programas en Universidad e I+D+i: se recortan un 18,2% y el 14,4% en la investigación científica, a pesar de que el Gobierno esté diciendo lo contrario.
Desaparecen multitud de programas: 1) educación permanente y a distancia no universitaria, 2) nuevas tecnologías aplicadas a la educación, 3) el destinado a la investigación y evaluación educativas, 4) los programas de cooperación con las comunidades autónomas.
Incluso en estos presupuestos parece que hay un claro ataque a las enseñanzas artísticas, con un recorte del 27,2%, lo cual se relaciona con la arbitraria eliminación del Bachillerato de artes escénicas en el Anteproyecto de Ley de Reforma de Wert.
Se recorta también el 38,3% en Educación Secundaria y Formación Profesional, que pasa de 175,8 a 108,5 millones de euros, lo que afecta esencialmente a la Educación pública en Ceuta y Melilla, cuyas competencias ejerce el propio Ministerio.
Además, los nuevos presupuestos introducen por tercer año consecutivo otra congelación salarial para los funcionarios docentes que, sumada a los recortes que han padecido desde mayo de 2010, a las congelaciones practicadas en estos dos últimos años y al aumento del IRPF, suponen ya una merma de retribuciones superior al 20% de media, lo que vuelve a situar a la profesión docente entre las más castigadas por la crisis económica, ya que a la reducción en sus retribuciones se suma la enorme supresión de plazas de personal, junto al ataque a derechos laborales consolidados.
En conclusión podemos constatar que si en 2012 la inversión pública educativa en España habrá descendido en casi de 8.000 millones de euros, el gasto público educativo en 2015 se situará en torno al 3,9%, lo que supondrá volver a los años 80 y nos situará a la cola de la OCDE y la Unión Europea. Todo ello revela la pérdida de importancia de la educación en el conjunto de las políticas públicas, especialmente desde que gobierna el Partido Popular.
Por eso la comunidad educativa nos preguntamos: ¿Cómo se puede mejorar la calidad educativa y combatir el fracaso escolar, mientras se reduce drásticamente la inversión y se ataca a los docentes? Quizá la pregunta correcta sería: ¿Lo que se busca no será precisamente eso: degradar la Educación pública y promover el negocio educativo? La respuesta está en los datos.
Quizá habría que recordar al gobierno aquel viejo refrán que decía “dime dónde pones el dinero y te diré dónde pones el corazón”. En este caso habría que traducirlo por dinos dónde pones nuestro dinero -parece que lo destina a rescatar a los bancos causantes de esta crisis- y te diré que tus declaraciones “de corazón” sobre la importancia de la educación son, a los datos nos remitimos, mentira.