El otro día en una conversación entre docentes, sobre lo que está ocurriendo en la educación primaria, cuando el curso ya va avanzado, salieron a la luz varios temas.
Por ejemplo la presentación que se estaba haciendo sobre nuevos materiales las editoriales. Muy audiovisuales, muy digitales. Junto con los materiales “normales” de libro, se recogen una serie de ellos, prácticos, “útiles”, que ayudarían y quedarían para el colegio. La gran oferta es que por un “módico suplemento de…” el alumnado podría tener esos materiales tan prácticos, tan cercanos… para trabajar en su propia casa a la vez que se usan en el centro. Ideal para seguir bien el curso. Lo planteaban como de compra voluntaria. ¿Es que no se piensa que se está creando discriminación entre quienes tiene ese dinero y quien no? ¿Entre quienes solo “quieren” o pueden gastar lo mínimo, a veces con mucho esfuerzo, y quien está disposición de gastar más? ¿Cuántas pequeñas grandes diferencias veremos ir apareciendo dentro de lo que se supone educación universal e igualdad de recursos?
Cuidado con “las pequeñas cosas”, pueden esconder una creación de desigualdad apenas perceptible.