Aparte de regalos, gastos, comidas y demás que hay a quien le dejan con ganas de volver, este periodo es ,para los docentes, un tiempo en que se puede hablar, dedicar tiempo a saber como le a a un@ y a otr@, compartir experiencias. Cómo le va en al escuela es uno de los temas que suelen aparecer.
hay de todo (ha habido de todo) en ese “cómo le va”. llama la atención algunos contrastes. Una cría de tres añitos ha llegado este curso a infantil en un centro puntero de Madrid. Es el colegio Trabenco de Leganés en Madrid: participación de l@s ni@s, de l@s adult@, comisiones mixtas, relaciones estrechas entre docentes, familias. El padre y la madre de la niña, estaban como encantados. Empezó la cosa por ver como otros niños y niñas de poco más de su edad presentaban el cole cuando fueron a visitarlo. la tarea de casa consiste en presentar el historial de la niña, sus gustos, todo en una rpesenatción al resto de familias nada más. Genial.
En contraste, otra niña, en otra ciudad de otro territorio. Esta vez de seis años. la maestra solo piensa en echar en cara en vez de trabajar con TODO el grupo. Al recibir las primeras notas la niña estaba contenta porque había “aprobado todo”. Estaba preocupada porque durante el primer trimestre les habían amenazado con repetir EN PRIMERO DE PRIMARIA. Por supuesto tarea diaria( una “horita” al menos), buscar el castigo si no se cumple y con exámenes. Aunque la niña leía y escribía desde que pasó de infantil , parece que la maestra busca que escriba mejor y ya, al dictado (que deben practicar también en casa). A su padre le amenaza que no puede parar por ella al resto del grupo, aunque entre los fines de ese curso esté el leer y escribir. Pura LOMCE.
La cosa está en buscar el gusto por aprender o el aborrecerlo, la felicidad o la penuria y estrechez cultural, disfrutar compartiendo o echar fuera al académicamente “débil” . Por eso, también hay que echar abajo esta ley. Este es un buen año para lograrlo.