Se ha escrito bastante sobre lo hecho por Carolina Bescansa, no se intenta aquí entrar en si debía llevar a su bebé o no.
No obstante, leyendo y en relación con este tema hay varias párrafos en el artículo de June Fernández en el Diario.es (la otra conciliación), que resultan muy interesantes, también para el ámbito educativo.
Estos son algunos:
“… imagínate que, en vez de con un carrito de bebé, hubiera irrumpido en el hemiciclo llevando a su madre anciana o a su hermano dependiente en una silla de ruedas. ¿Lo visualizas? ¿Qué hubiera pasado?”…
“…Ha servido para recordar que España está a la cola de Europa en materia de conciliación entre la vida familiar/personal y profesional. También para criticar que la mayoría de hombres no son corresponsables y que ser padres rara vez tiene costes profesionales para ellos;…”
“… “La que se lía con la crianza cada vez que sale al ámbito público…” …deberíamos interiorizar que no hay nada más importante que los cuidados, que la sostenibilidad de la vida, que eso también es política aunque nunca figure entre las principales promesas electorales ni en los sondeos del CIS.
“…La foto de Bescansa ha puesto el foco en la atención a la infancia pero apenas se ha nombrado otra asignatura pendiente: la atención a las personas en situación de dependencia…”
“…Y no es que el tema no vaya con nosotras. Entre las menores de 40 años, algunas queremos ser madres, otras no, pero muchas ya hemos ejercido de cuidadoras de familiares y la mayoría tenemos muy presente la posibilidad de hacernos cargo de nuestros progenitores cuando envejezcan.
“Leo en varios artículos que el gesto de Carolina Bescansa es importante porque muestra que la crianza no es un asunto privado sino un trabajo civil tiene que ser reconocido y abordado en clave comunitaria. Digamos lo mismo de la atención a las personas en situación de dependencia. Ahora que hablamos de las mujeres que no pueden pagar una guardería, hablemos también de las que no pueden pagar una residencia o una trabajadora que cuide de sus familiares. Hablemos también de quiénes son (mujeres en su mayoría, inmigrantes en su mayoría) esas trabajadoras que las familias contratan para cuidar a sus ancianos y en qué condiciones trabajan. Hablemos de las ancianas empobrecidas que no han podido cotizar ni cobrar una vida entera dedicada a cuidar a sus seres queridos. Hablemos de si los hombres cambian pañales, pero no solo los de Dodot. Hablemos de crianza con apego, pero hablemos también de qué lugar ocupan las personas mayores en nuestra sociedad y en nuestras vidas.
¡Uf! hay unos cuantos debates detrás de estos p’`arrafos (y en general del artículo de June)
Este discurso, recuerda y mucho a lo que decía Yayo Herrero en la ponencia que pronunció en el Encuentro de Verano de Concejo educativo de CyL (articulo y grabación: Cambiar las gafas con las que vemos el mundo. Educar en clave ecofeminista.
Al hilo de lo que decía Yayo y de lo que se lee en el artículo de June, habría que hacerse una pregunta en lo que concierne a la educación básica. ¿Cómo habría que pensar un nuevo curriculum? ¿Qué habría que impartir en las aulas, qué ejes, qué contenido, qué practicas?. La realidad de los cuidados está y va a estar ahí (la soportan mayoritariamente las mujeres). No sería un eje que esté presente en el curriculum, en las actividades que hay que aprender , en los valores que enseñan a compartir, de acercarnos a las personas, de humanizarnos, de cuidarnos, de la educación que debe ser igual para todos y todas.
No parece que esto pueda caber en el diseño de un curriculum encargado a comisiones de “personas expertas universitarias por materias”. Es algo a pensar socialmente y previo al trabajo “técnico”.