De un informe educativo, como el de PISA, basado solo en unas pocas materias, que promueve un organismo económico, con intenciones economicistas, obviamente, como la OCDE, que promueve la competitividad entre paísis y entre distintos territorios ( y en algún caso que se ha sabido también entre centros) hay mucho que decir y quizá, desdecir.
De la deificación que le procesan muchos medios de comunicación y las interpretaciones parciales que hacen, también habría mucho que comentar, así como reflexionar sobre a qué o quién están sirviendo (consciente o inconscientemente).
De los análisis y la “apropiación” de los datos que hacen algunas administraciones según les convenga, es un tercer tema del que hablar.
Todo parece resuelto o problematizado bajo los resultados de este informe PISA. Mientras, sigue la educación sigue alejada de la realidad y los intereses del alumnado y las familias. Mientras, cada vez se habla menos de motivación y más de esfuerzo, aunque sea sin sentido. Mientras, cada vez está más desaparecida una idea emancipadora de la educación, que promueva la igualdad de derechos y más nos invade una educación llena de pruebas en las que hay que sacar buena nota para “distinguirse” del resto de alumnado.
No debemos perder la perspectiva.