Estamos en un periodo de incertidumbre política que puede alargarse dos meses o seis. No es un tiempo pequeño para muchas cosas. En el caso de la educación, por ejemplo, para parar la LOMCE este curso en determinados aspectos o no poder hacerlo, en ir eliminando recortes o no lograrlo en este curso, en parar las privatizaciones y cambios universitarios posibles que las encauzan en este curso o no, etc.
Sin entrar en valoraciones, quizá sí se debiera pensar que las organizaciones sociales (e incluso la movilización social) tienen algo que decir, tienen mucho que decir. Las “líneas rojas” que están en juego dependen de los partidos y sus programas, pero también de la opinión que se pulse en la calle.
La presión de las grandes empresas, de los grandes holdings, de los grandes bancos, de la Iglesia católica, de los sectores más poderosos en una sociedad capitalista como la nuestra está asegurada. Falta que se deje oír las ideas de la gente “corriente”, la que ha sufrido los recortes y ha perdido derechos. Eso está en manos de las organizaciones sociales intentarlo.
Propuestas como la de la supresión parcial de la LOMCE en 2015 2016, resumida en siete puntos, que bastantes Plataformas y Movimientos de Escuela Pública Laica y Gratuita de CyL y otras organizaciones (también a nivel de estado) defendían y entre las que está Concejo, no deben quedarse en el archivo, sino tratar de resituarlas en la realidad del momento y sacarlas a la luz, analizar las opciones, incluso en el Parlamento y aun sin gobierno (como ya se ha ido comentado en la prensa últimamente).
No es cuestión de esperar solo, la sociedad siempre tiene que tratar de intervenir y este es un momento importante.