Dr. Pablo Rodríguez Herrero.
Dr. Agustín de la Herrán Gascón
Departamento de Pedagogía Universidad Autónoma de Madrid
” Educar en tiempo de aislamiento”-Actividad.
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Se recoge en esta nueva aportación de esta sección especial de la web, propuesta de actividades, un tema que siempre es necesario poder tratarlo en las aulas, pero hoy en día más. Hemos contado para ello con la aportación de los profesores de la Universidad Autónoma mencionados arriba con pautas para seguir en la práctica y análisis más teórico. Al final incluimos una pequeña referencia de trabajo en el aula. Si en el futuro aparecieran otras las incluiremos a continuación
En el siguiente enlace pueden leerse todos los contenidos de esta sección especial (actividades+ opiniones): “educar en tiempos de aislamiento”
Contenido
Pandemia, muerte y educación: un enfoque pedagógico radical
¿Educar para la vida sin la muerte?
Hay unanimidad en que hay que educar para la vida. Por falta de tradición, se suele hacer excluyendo la muerte. Pero educar para la vida sin tener en cuenta la muerte es una contradicción pedagógica, además, de una imposibilidad formativa. Vida y muerte son en unicidad, como los lados de una misma tela.
Tres máximas pedagógicas.
Las escuelas, l@s educador@s (padres y profesores) y la renovación pedagógica deberían ocuparse, sobre todo, de lo que más importa al ser humano, y no sólo de lo que la sociedad necesita. Por eso, podrían tenerse en cuenta tres máximas pertinentes: (1) Educar para ser más conscientes de la vida, la muerte y la finitud no debería excluirse de la educación familiar y de la escuela. (3) ¿Qué derecho tenemos para hurtar a nuestr@s hij@s o alumn@s la verdad, o sea, que no sabemos nada del después de la muerte? (3) Si realmente nos importan nuestr@s hij@s y alumn@s, no debemos empezar por su educación, sino por la nuestra.
Estamos en un periodo especial.
Estamos en un periodo especial, aunque, realmente, todos lo son. Nos hemos descubierto frágiles, necesitad@s de unidad, con miedo. En esta lección de la vida, los recursos didácticos han sido la pandemia, el virus SARS COV 2 (llamado ‘coronavirus’), la enfermedad COVID-19, las cifras de contagiados, curados, fallecidos, nuestros seres queridos, nuestros trabajos, etc.
La educación suele ser el vagón de cola social. Es lo primero que promete el o la política y lo último que recuerda, porque nunca supo nada de ella, y esto también lo ignoró. Y es lo que las sociedades ennoblecen y cuidan, sobre todo tras las tragedias mundiales, las barbaries, las contiendas, los problemas graves… Pues bien, esto es, un poco, lo que está pasando hoy en la pandemia. La ‘educación’ está presente, corticalmente. Se muestra como metodología didáctica, quehacer con TIC, deberes, exámenes, etc. Esto es educación, pero la educación no sólo es esto. Lo que se observa de la educación, como ocurre con los árboles, apenas es su porción emergida. Su segmento radical tiene más que más ver con lo que hemos hecho, con lo que hemos sido, con lo que hemos dejado de ver y construir, tanto en nosotr@s como con en quienes nos rodean. La muerte no es un tema disciplinar, ni tampoco transversal: forma parte de un ‘currículo radical’, aún inédito.
Pedagogía y Didáctica de la muerte.
La Pedagogía y la Didáctica de la muerte estudian la educación que incluye la muerte en la educación y la enseñanza para vivir más conscientemente. Paradójicamente, este no es un fin de la educación reconocido por la Pedagogía o por ningún organismo internacional de educación. La Pedagogía y la Didáctica de la muerte definen dos enfoques básicos para incluir la muerte en la educación y la enseñanza: (1) curricular, normalizador o previo a que la muerte golpee, desarrollable desde cualquier enseñanza, y (2) posterior o de acompañamiento educativo, desarrollable desde la tutoría o la familia (padres, abuelos, etc.), a raíz de un fallecimiento que haya afectado a algún alumno o alumna o grupo de alumn@s, o bien a hij@s.
Acompañamiento educativo desde la tutoría o la familia.
Nos centramos, a continuación, en este segundo enfoque. La situación educativa es la de escuelas y familias, padres-madres y tutores con hij@s o alumn@s que han sufrido pérdidas de seres querid@s. La pregunta orientadora es: ¿cómo acompañarles desde la tutoría o en el hogar? Se proponen algunas pautas, en este sentido:
- Coordinación familia-escuela sobre el conocimiento, o sea, compartiendo conciencia educativa desde la confianza, la colaboración basada en la formación y las tutorías.
- Conciencia del educando (alumn@), de su discurso, sus características evolutivas, personales, de sus miedos naturales e inducidos (por la familia, la religión, la institución, los amigos…).
- Conciencia del tipo de fallecimiento y otras circunstancias: quién ha fallecido, cómo ocurrió, ¿estaban junt@s?, ¿quién habló la última vez con él/ella?, ¿qué le dijo?, ¿cómo era su relación con el alumno , la alumna o el grupo, en su caso, ha sido una muerte anunciada o sorpresiva?, etc.
- Evitar mentir, adoctrinar, condicionar, engañar, aunque sea involuntariamente, desde ideologías, convicciones, certidumbres…, aunque sean muy queridas. (2) No se trata tanto de enseñar, como de escuchar.
- Partir de un concepto de muerte amplio, fenoménico, evolutivo, compatible con el rigor, la duda, la conciencia de ignorancia, como enseñaron Confucio o Sócrates.
- Favorecer la libertad de pensamiento basada en la educación personal. Recurrir a la respuesta más honesta de la ciencia y la enseñanza: ‘No sé’, y desde ahí, a otras como ‘También quisiera saber’, etc.
- Respeto didáctico (respetar profundamente al alumno o alumna o al hij@): no comunicar de forma cierta lo que no se sabe, no asegurar, no condicionar, no cerrar respuestas, no encerrar la necesidad de preguntas, no introducir en cavernas de falsa claridad (Platón). Cuidar, indagar en lo que se le asegura.
- Conciliar creencias de las familias y la educación de la razón. Una forma es compartir que “a tu familia le gusta pensar que..., pero lo importante es lo que pienses tú”.
- Ser conscientes de nosotr@s, como acompañantes: de lo que l@s propi@s niñ@s nos enseñan y con lo que podemos educarnos; del escuchar, del crecer, del aprender, del perder (conocimientos sesgados); del necesario equilibrio entre el dar y el recibir; de nuestra naturalidad o artificialidad; de nuestro amor pedagógico, generosidad, sensibilidad, calidez, empatía, equilibrio personal, madurez; de nuestra formación: egocentrismo, interiorización, fortaleza, capacidad técnica, coherencia; de ser o no la persona idónea para acompañar, seamos padres o madres, tutores o no.
- Ser pacientes, seguirle desde atrás, observar con discreción, sin entrometimiento (adolescentes), comunicar, desde nuestro comportamiento, que estamos para lo que necesite.
- Seguir ocupándonos de nosotr@s, como centro de la educación: seguir formándonos, equilibrándonos, creciendo, abriéndonos con otras personas, compartiendo dudas, sentimientos, conclusiones provisionales…, para seguir atendiendo con serenidad nuestro desarrollo o, mejor, nuestra evolución personal y profesional.
- Observar la naturaleza para retirarnos definitivamente, para que el o la alumna o el hij@ se formen, con el tiempo: “Los continentes se forman cuando el océano se retira” (Holderlin). Como este océano, retirarnos sin irnos del todo, como el o la maestr@ en los libros de viajes de Wilhelm Meister, de Goethe.
Recursos para acompañar a la familia e incluir la muerte en la educación .Vídeos explicativos
Varios miembros del equipo de investigación “Innovación e inclusión de la muerte en la educación” (Departamento de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Madrid) han creado diversos vídeos cortos, que conforman una “Colección de recursos educativos para la inclusión de la muerte en la educación”.
Su intención, además de contribuir al desarrollo de la Pedagogía de la muerte, es poder ser útiles como apoyo a la formación pedagógica del profesorado, madres y padres, para acompañar al alumnadoos, grupos de alumnos e hijos/as que han tenido pérdidas de seres queridos en estos días difíciles de la enfermedad COVID19. Son de acceso libre.
El editor de la colección ha sido Pablo García Sempere.
01. “Cuatro fundamentos para una comunicación educativa basada en la conciencia”.
Autor: Dr. Agustín de la Herrán Gascón. https://youtu.be/WJG5E7wRQQU
02.”Atención educativa en situaciones de duelo
Autora: Dra Elisabeth Ransanz Reyes
03. “¿Cómo acompañar a las familias desde la escuela?”
Autora: Dra. Bianca Serrano. https://youtu.be/dlDptxcKHx0
04. ¿Qué nos están enseñando los niños?
Autores: Dr. Pablo Rodríguez Herrero y Manuela Pedregal Valle
https://youtu.be/vOnObxwouDI
05. “Algunos recursos para abordar la muerte en el contexto educativo: aulas y familias”.
Autoras: Patricia González Collado y Manuela Pedregal Valle.
https://youtu.be/clBELFAWSTU
Una experiencia en el aula
Volvemos a recoger aquí una experiencia recogida en el anteior artículo por ser pertinente en este tema y por la importancia por su planetanmiento, colaborativo y fácil de llevar a la práctica
Cuentos para “sacar afuera” una preocupación. I.E.S. María Moliner
La muerte es un tema al que ya dijimos importante dedicar un artículo completo en estos momentos. Incluimos de nuevo la aportación de Cristina Rojo del IES María Moliner de Segovia. Ella es profesora de Lengua y Literatura y grabó un cuento que había escrito y estaba editado en papel: “El roto de lagarto”. Supone este trabajo, en realidad, un proyecto colaborativo por dos motivos.
En primer lugar porque fue una solicitud vari@s maestr@s de La Conspiración en Segovia. Sentían preocupación por cómo “sacar” y hablar con su alumnado la muerte del abuelo de una de las niñas de uno de los colegios y de otros tres más que se habían producido. Como dice Cristina en la presentación del blog que finalmente acabó haciendo: ” Varias personas se han puesto en contacto conmigo y me han dicho: “Cristina, hace falta El roto de Lagarto, porque hay muchos rotos por coser, porque hay muchas pérdidas sin duelo, porque a veces las palabras pueden ser alivio…”
En segundo lugar porque ante la iniciativa hubo profesionales y otras personas que colaboraron sin dudar ante la iniciativa. Como dice también Cristina: “.. Pero quedan pocos ejemplares y además no podemos salir a buscarlos ¿Cómo hacer llegar el cuento a todos los que lo necesiten? Y ha nacido la idea: ¡Una versión audivisual! Carlos Puerto, vecino de Trescasas y profesional del mundo audiovisual, no ha tardado nada en aceptar el reto. Desde Cantalejo, mis padres, han hecho las grabaciones del kamisibai y las ilustraciones originales en tela. Desde Valencia, Juliana Javaloy, profesora de la Escuela Superior de diseño, ha enviado las fotografías y la tipografía y supervisado la producción. La pianista Olaya Hernando ,confinada en Valladolid ,se ha ofrecido a componer una melodía”
De esta forma el proyecto estuvo listo para el 23 de abril, Día del Libro