El absentismo es el primer tema que, relacionado con la convivencia, lanzamos a debate en base a un texto muy corto y simplificado que espera ser enriquecido con nuevas aportaciones, desde esta misma página. En él sólo se recogen referencias a dos apartados: encuadre actual del tema y líneas de intervención posibles.
I.- Apuntes sobre la situación actual en CyL
Legislación: Existe desde este curso una normativa específica en CyL que obligará a cada centro a tener una comisión de absentismo, conectada con una comisión y un plan provincial. Aunque menciona otras posibilidades parece que afectará casi exclusivamente al control de faltas. Inercias negativas existentes en la actualidad:
Separar al alumnado
Considerar inevitable el absentismo para un sector de población
No cuestionar el sistema, lo que existe, potenciando actuaciones “a su alrededor”
Separar la actuación respecto a las faltas de las referidas a una buena escolarización (potenciando como consecuencia el efecto”guardería”)
II.-Líneas y ejemplificaciones
Algunas líneas sobre las que sería posible reflexionar para avanzar en este tema podrían ser: II.1.- Actividades diferentes ligadas al control de faltas
Plantear actuaciones globales y no aisladas del proyecto educativo del centro que debe implicar a la comunidad educativa. Debería atenderse, por tanto la actividad del centro a la vez que el control de faltas, creando condicionamientos entre ambos.
Hacer interesante la actividad del centro (junto al resto del alumnado en lo posible)
Planificar actividades que fomenten la participación efectiva de todo el alumnado , al ofrecer posibilidades de realizar tareas diferenciadas dentro de la misma para perfiles diversos de alumnado Una ejemplificación de los dos puntos anteriores (junto con otras) podría ser la realización de proyectos de trabajo,”a plazo fijo” ajustados a su interés y el del resto de alumnado (por Ej. dar alimentación en base a comidas propuesta desde las casas del alumnado II.2.- Integrar en la dinámica del aula
Integrar de forma efectiva en la dinámica del aula . Hasta en aspectos como “hacer exámenes” a la vez que el resto (adaptados para lograr su éxito aunque este sea parcial). De igual forma tratar de desarrollar estrategias para poner de manifiesto que su presencia en el aula es importante para todos/as. También en este apartado se podría incluir la importancia de planificar al principio el apoyo desde el aula y no a partir de algo que sea ajeno a ésta (equipo de compensatoria, departamentos en ESO, etc.).
Buscar opciones que supongan un refuerzo positivo.
Creer en sus posibilidades. Como ejemplo de estos dos últimos apartados podríamos hablar de la evaluación de su progreso como forma de mostrarle su avance (sin taparles la realidad en que se mueven).
Actuar en base a metas alcanzables y ajustadas a la edad. Esto repercutiría en, por ejemplo, planificar los apoyos en base a los proyectos que supongan integración en el aula y no tanto desde las áreas instrumentales. En otro sentido sería importante adecuar el aprendizaje a los intereses y perfil propios de la edad, junto al nivel de partida, evitando infantilizar los aprendizajes, los formatos, etc. II.3.- Actuaciones hacia “la persona”.
Personalizar y no “estigmatizar” . Esto nos lleva, por ejemplo, a planificar actuaciones en función de necesidades y no a priori, según el colectivo de procedencia del alumnado. En este sentido, también se trataría de no ridiculizar su actitud absentista, ni ante él o ella, ni por supuesto ante el resto del alumnado
Buscar la propia implicación y de las familias . Para este y otros muchos aspectos sería necesario basarse en la negociación y el contrato para su plan de trabajo, control de faltas, etc.
Enfrentar situaciones de forma preventiva . Este enfoque supone, por ejemplo, marcar pautas de actuación-enganche cuando no existe un absentismo exagerado. También exige, como en otros casos, coordinar las intervenciones: profesorado titular, apoyos, departamento de orientación o equipos…
Acercamiento específico e integrador con las familias . Ello puede traducirse en, por ejemplo, planificar con familias de alumnado absentitas, reuniones previas a la general para asegurar su asistencia. Implicar a familias en proyectos de aula de su interés.
Trabajo como centro y no sólo desde el aula . Dentro de las muchas posibilidades se podría pensar en:
— Crear una estructura de intervención educativo-social entre el aula y la casa.
— Cuidar la entrada en clase tras las ausencias o si llegan por primera vez al centro-acogida.
Cuidar de forma especial el que las personas de apoyo estén sensibilizadas con los colectivos que son más proclives al absentismo: personas inmigrantes, gitanas…